martes, 19 de febrero de 2008

Adiós comandante, adiós

No voy a negar que la renuncia del comandante Castro no me pilla por sorpresa. Hace meses que el comandante Castro había renunciado de todos sus cargos aunque ahora lo haga de manera oficial. Fidel Castro no es ni la sombra de lo que era.

Cuba tiene una buenísima oportunidad para poner fin a décadas de dictadura y transformar la revolución cubana en una auténtica democracia socialista. Los cubanos están tranquilos, y no deberían estarlo, ha llegado el momento de que la revolución deje de ser un régimen burocrático de acomodamiento burgués acompañado de toda la parafernalia y coreografía comunista para convertirse en una auténtica democracia socialista muy distinta al yugo del socialismo comunista.

La falta de libertades en la Cuba de Castro es cada día más palpable, y es precisamente en esa oposición silenciosa pero enérgica en donde reside el futuro esperanzador para Cuba. Hombres y mujeres que lejos de buscar su minuto de gloria en las radios y televisiones yankies buscan una Cuba verdaderamente revolucionaria. Hombres y mujeres que no reniegan de una revolución qué, no lo voy a negar, cuenta con todas mis simpatías, simpatías que no despierta ni por asomo el régimen dictatorial y tirano del anciano Fidel Castro.

Ahora vendrán los buitres carroñeros de Miami a intentar llenar sus estómagos con el cadáver cubano. No tardarán en llegar los vendepatrias para decirnos que lo que Cuba necesita en una buena inyección de capitalismo y una buena terapia de liberalismo social y económico. Como si el capitalismo y el liberalismo fuesen a terminar con todos los males de un país como Cuba que sufre el embargo internacional desde hace décadas. ¿Es que acaso el capitalismo ha solucionado los problemas del resto de países latinos tan atrasados o más como Cuba? No lo olvidemos, el capitalismo, en América, Asía y África condena al hambre a las tres cuartas partes de la humanidad.

A diferencia de otras dictaduras, sin Fidel, no muere la revolución del 26 de Julio. Sin Fidel muere la dictadura de Fidel y de lo que se trata es que ahora no llegue la dictadura de este o aquel otro comandarín.

En medio de la oscuridad que desde hace décadas vive Cuba se abre un rayito de luz y de esperanza, la oportunidad de un cambio verdadero que termine con la dictadura personal de Castro y de paso a una democracia –no liberal- que no se baje los pantalones ni ante el capitalismo ni ante el imperialismo yankie.

Fidel Castro forma ya parte del pasado de Cuba, ahora, los verdaderos protagonistas son los disidentes que desde el profundo amor a la patria de Martí, quieren ver que la revolución por la que tantos mártires dieron su vida puede convertirse hoy en una democracia donde nadie sea encarcelado por pensar diferente y donde la soberanía resida en un pueblo que sabe aprender de los errores.

Veremos cuantos cobran en los sucesivos meses sus 30 monedas de oro del Pentágono.

Flecha

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