miércoles, 16 de enero de 2008

Con su Santidad Benedicto XVI

"No vengo a imponer la fe, pero sí a pedir coraje para la verdad", con estas palabras su Santidad Benedicto XVI habría iniciado su discurso en la Universidad La Sapienza de Roma, cuya visita fue suspendida tras las amenazas de un grupo de estudiantes y profesores de perturbar el evento.

Una vez más el sistema liberal y sus agentes han impedido que la verdad entre en la Universidad. Como no, para hacer el trabajo sucio estaban los niñatos travestidos de progres al servicio del sistema, embriagados de odio y rencor contra la mayor asociación de pobres del mundo: La Iglesia católica. ¿Y quién es el enemigo? ¿A quién hay que callar? Pues a quien sin miedo denuncia las injusticias de un sistema perverso que condena a las tres cuartas partes de la humanidad: El Papa Benedicto XVI.

"¿Qué tendría que hacer o decir el Papa en la Universidad? Ciertamente no imponer de modo autoritario la fe a otros, que solo puede darse a otros en libertad", así continuaba el mensaje que Benedicto XVI quería transmitir a los universitarios, un grito a la esperanza, a la verdad y a la libertad, palabras ausentes en la sociedad de consumo esclava de un sistema perverso que teme la verdad.

Desde todos los rincones del mundo su Santidad ha recibido apoyos, especialmente de los universitarios. Un apoyo y una solidaridad a la que me sumo. En Roma los universitarios ya han convocado una manifestación de apoyo al Santo Padre en la Plaza San Pedro para este domingo durante el rezo del ángelus.

"Es mi deber mantener viva la sensibilidad por la verdad, lo que significa que siempre invite a la razón a ir a buscar la verdad", así finalizaba el discurso de quien tan sólo quería abrir una ventana para que la verdad entrase también en la universidad y rompiera las cadenas de este sistema que tanto teme a que la verdad y la justicia penetre en nuestros corazones.

Una minoría ha vuelto a imponer su intolerancia radicalmente antidemocrática, una minoría que ha obligado al Papa a que renuncie a ir a la primera universidad de Roma, la ciudad de la que es Obispo, al ateneo más grande del país del cual es Primado.

El Papa no está solo, cientos de miles de católicos rezamos por Él, cientos de miles de hombres y mujeres católicos y no católicos han mostrado su solidaridad con un hombre que solo quiere abrir el mundo a la verdad, pues "solo la verdad nos hará libres".

Este domingo invito a todos mis lectores a que dediquemos el ángelus al Santo Padre en estos duros momentos.

Santidad, estamos contigo.

¡VIVA EL PAPA!
¡VIVA LA LIBERTAD!
¡VIVA LA VERDAD!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Flecha, una pena lo que paso en esta universidad, no tengo dudas que si hubiera venido a España podia haber pasado algo parecido ... pero decir que es culpa del liberalismo??? eso si que no, nada de disfrazados de progres, eran eso, por llamarlos de alguna manera.

El liberalismo es una teoria perfectamente compatible con ser catolico.

Anónimo dijo...

Sin duda es una pena lo ocurrido, una muestra más de la falta de libertad y del miedo a la verdad. Seguramente en España hubiera sucedido algo similar.

Por otro lado, Patricia, el liberalismo no solo es incompatible con ser católico, sino que además está condenado por la Iglesia católica. Ya el Santo Padre León XIII condena el liberalismo es su encíclica "Libertas Praestantissimum", Pío XII en su encíclica Negli Ultimi acusa al liberalismo "de crear, sin la Iglesia y contra la Iglesia, la unidad mediante la cultura laica y un humanismo secularizado", este Pontífice además alerta de que el totalitarismo y el marxismo son fruto - o reacción- del liberalismo. Y sin irnos tan atrás en la historia de la Iglesia, Juan Pablo II muestra su rechazo ante las ideas económicas liberales o neoliberales y del Estado liberal, al que frecuentemente acusa de permisividad y relativismo moral. Juan Pablo II hace duras críticas al individualismo en nombre de los valores colectivos. Para Juan Pablo II el liberalismo con frecuencia carece de corazón y de un rostro humano. Ve al mercado como favorecedor del espíritu empresarial por encima de la solidaridad humana. En definitiva, el liberalismo, que no lo olvidemos condena a tres cuartas partes de la humanidad al hambre, está condenado por la Iglesia, es totalmente insolidario y es, en definitiva, enemigo acérrimo de una Iglesia que defiende trabajo sobre capital.

El liberalismo se basa principalmente en el individualismo, que considera a la persona humana individual como primordial, por encima de todo aspecto social o colectivo. Habla de igualdad ante la ley, pero esto no significa que exista igualdad de clase social o de posición económica entre los seres humanos. Ambas ideas contradicen la doctrina social de la Iglesia.
“Dios es solidaridad” ¿Dónde está la solidaridad en el liberalismo? No te engañes, no existe.

Se me hace curioso que muchos católicos del PP se autodefinan como liberales cuando el liberalismo siempre ha sido y será enemigo acérrimo de la Iglesia Católica. Hay que revisar conceptos.

No me extiendo más, otro día si quieres profundizamos.

Flecha