Han tenido que pasar 65 años para que se hiciese la debida justicia y una vez más el gobierno del talante no ha sabido estar a la altura.Hace unas semanas, nueve familias fueron convocadas en el aeropuerto de Barajas, les esperaba un reencuentro muy especial después de largas décadas de dolor y tristeza.
Las nueve familias esperaban a nueve soldados que murieron en Rusia en el frente de Leningrado, luchando con la División Azul durante la II Guerra Mundial. Al aeropuerto de Barajas llegaban los restos de nueve soldados españoles que combatieron bajo bandera española y que dieron su vida por la España que les tocó vivir.
Este gobierno, con la poca dignidad que le caracteriza, orquestó la entrega de los restos en la nave de una agencia de transporte aéreo, en la terminal de carga del aeropuerto. Los cuerpos esperaban allí como si se tratasen de simples maletas o bultos que las familias iban a recoger después de firmar un recibí.
Esos nueve soldados muertos en combate no tuvieron representación oficial alguna, no hubo banderas, ni discursos, tan solo tres funcionarios, uno del Ministerio de Asuntos Exteriores y dos de Defensa impacientes por terminar lo antes posible.
El único homenaje allí presente fue el silencio y las emocionadas lágrimas de sus familiares, que por fin, 65 años después, veían hacer justicia. ¿es esta la memoria histórica? Algunos empiezan a padecer alzhéimer.
Las nueve familias esperaban a nueve soldados que murieron en Rusia en el frente de Leningrado, luchando con la División Azul durante la II Guerra Mundial. Al aeropuerto de Barajas llegaban los restos de nueve soldados españoles que combatieron bajo bandera española y que dieron su vida por la España que les tocó vivir.Este gobierno, con la poca dignidad que le caracteriza, orquestó la entrega de los restos en la nave de una agencia de transporte aéreo, en la terminal de carga del aeropuerto. Los cuerpos esperaban allí como si se tratasen de simples maletas o bultos que las familias iban a recoger después de firmar un recibí.
Esos nueve soldados muertos en combate no tuvieron representación oficial alguna, no hubo banderas, ni discursos, tan solo tres funcionarios, uno del Ministerio de Asuntos Exteriores y dos de Defensa impacientes por terminar lo antes posible.
El único homenaje allí presente fue el silencio y las emocionadas lágrimas de sus familiares, que por fin, 65 años después, veían hacer justicia. ¿es esta la memoria histórica? Algunos empiezan a padecer alzhéimer.
Flecha
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