jueves, 3 de enero de 2008

El gaycapitalismo aterriza en Roma

La asociación italiana Facciamo Breccia es un organismo del capitalismo integrado por colectivos de gays, lesbianas, bisexuales, transexuales y organizaciones seufeministas.

La organización muy crítica con el Vaticano y con la Iglesia católica, está preparando una manifestación en Roma el próximo mes de febrero en la que pedirán “la Autodeterminación, la laicidad, el antifascismo y la liberación” para el estado del Vaticano.

Los organizadores ya tiene fijados algunos de los principales puntos de su manifiesto en el que denuncian “el peligroso impulso de la alianza entre la Iglesia Católica y la política institucional” y “la criminalización de los discursos y de los movimientos que se oponen al poder vaticano y la continua restricción de los espacios de laicidad”. Así, todo seguido y de carrerilla.

Este es el cuarto año consecutivo en el que el gaycapitalismo organiza su manifestación “No Vat”, para oponerse a “todo integrismo y fundamentalismo” y para pedir que se eliminen “las leyes ideológicas dictadas por el Vaticano”, esas leyes tan perversas y malvadas que ganrantizan la dignidad y libertad del ser humano desde su concepción hasta su muerte, que le devuelven el sentido de la vida, que hacen que se ame al prójimo como a uno mismo, que enseñan que es eso de la solidaridad... ¡qué malossss!

La concentración, que deja en muy mal lugar a los homosexuales, será, como en años anteriores, en febrero, coincidiendo con la fecha en la que se firmaron los Pactos Lateranenses entre la Iglesia católica y el Estado Vaticano.

"La Federación Internacional de Ateos (FIdA), representante del gaycapitalismo español en la charanga, hizo público el borrador de la convocatoria, cuyos últimos detalles se concretarán el 13 de enero durante la asamblea nacional de Facciamo Breccia. Según el plural.com, "durante el año 2007, los movimientos de liberación de mujeres (al serbicio del capitalismo), de lesbianas, de gays y de transgéneros han convocado grandes manifestaciones en las que han emergido con fuerza la voluntad de autodeterminación, la denuncia de las mistificaciones familiaristas y la usurpación vaticana de la esfera pública”.

No pretendo, ni mucho menos, entrar a debatir sobre la homosexualidad, si es que hay algo que debatir. No seré yo quien diga con quien se debe o no acostar uno. Lo que pretendo es destapar esta farsa, una maniobra más del actual sistema capitalista. Además quiero romper una lanza a favor de los homosexuales, víctimas del gaycapitalismo a los que se les quiere identificar globalmente con una determinada ideología, la del colectivo gay, o con unos determinados comportamientos. Muchísimos homosexuales están en contra del movimiento gay y del negocio del que algunos se están haciendo de oro, vease Zerolo.

Detrás de estos títeres del capitalismo se esconde una vez más el odio a una institución que día sí, y día también, se opone al actual sistema capitalista que asesina a tres cuartas partes de la humanidad. El Vaticano, un estado aplaudido por los países empobrecidos, incluidos los islámicos, cuando interviene en la ONU o en el resto de organismos internacionales. Un estado y una Iglesia que denuncian lo que otros callan, que está junto al necesitado, al oprimido, al perseguido, que apunta con el dedo a los culpables del holocausto del siglo XXI, a los factores que hacen que millones de seres humanos tengan que emigrar, que llama a las cosas por su nombre, que denuncia sin miedo a la injusticia. Esa es la Iglesia que el capitalismo quiere abatir, porque la mayor asociación de pobres del mundo supone una amenaza para sus intereses. Sin ir más lejos, en esa Africa olvidada y cada vez más marginada, la más importante aportación de occidente, no son los préstamos o ayudas oficiales, ni los proyectos de las ONG. Lo más valioso ha sido y es la aportación de la Iglesia católica, que desde mucho antes de la independencia extendió por todo el continente una tupida red de escuelas, colegios, dispensarios y hospitales, para atender las necesidades materiales y espirituales de los africanos.

Con casi toda seguridad esta manifestación, patrocinada por el capitalismo al que solo la Iglesia planta cara, volverá a ser una fiesta del capitalismo más insultante e insolidario.

No me olvido de esa seudoizquierda oficial al servicio de la ideología sectaria del gaycapitalismo liberal o del lobby gay. Esa seudoizquierda que acusa a la Iglesia de discriminar (algo totalmente falso) y da la espalda a los homosexuales encarcelados en Cuba por Fidel Castro, en China o Corea, esa seudoizquierda que evita cualquier crítica a los países islámicos que castigan muy duramente a los homosexuales, IU incluso ha llegado a alianzas elctorales en sus sucursales de Ceuta y Melilla. Una seudoizquierda incapaz de tener un mínimo compromiso con el empobrecido y que en cambio nos vende un discurso "progre" con el que tapar su alianza con el capitalismo. No me olvido de esa derecha que después de hacer el paripé apoyando a la familia tradicional (tradicional burguesa) desde la Comunidad de Madrid de Esperanza Aguirre como desde el Ayuntamiento de Gallardón ha financiado copiosamente al lobby gay. ¿Qué han dado unos y otros a los sintecho,a los inmigrantes abandonados, a los niños explotados y esclavizados, o simplemente a las familias que en nuestro país no llegan a fin de mes?

Los medios de comunicación, sobre todos los que están al servicio del capital, no han tardado en ser el altavoz del gaycapitalismo y colocarse una vez más contra una Iglesia que, con sus defectos y virtudes, está siempre junto al necesitado en todos los pueblos de la tierra y se enfrenta de frente y a cara descubierta contra el fascismo del siglo XXI: el capitalismo.

Flecha

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